El día que me enamoré de Magnetic Island
El día que decidí recorrer la costa Este de Australia, sabía que Magnetic Island sería una de mis paradas obligatorias. Nadie me la había recomendado, nadie hablaba de ella y las fotos que vi en Internet tampoco fueron las que terminaron de convencerme.
Leí mucho sobre lugares en los que debía parar, lugares llenos de turistas, con las mismas fotos y sin ninguna historia. Pero yo sabía que no era eso lo que buscaba.
Yo sabía que quería encontrarme con un lugar mágico; qué una Australia diferente me sorprendiera con un rincón especial.
Puedo decir, que las 24 horas que pasé en aquella isla, fueron suficientes para caer rendida ante su encanto.
Os estaréis preguntando que qué tiene Magnetic Island de diferente si la comparamos con el resto de destinos de costa o islas australianas, por eso hoy, os lo quiero contar.
SU HISTORIA
Lo primero que me sorprendió mucho antes de llegar fue su historia.
Me gusta leer siempre sobre el pasado de los destinos a los que viajo. Por qué razón son así, por qué se llaman así o simplemente, por qué han evolucionado de tal manera.
Lo primero que me cautivó de Isla Magnética fue su nombre. Y después, quise descubrir por qué se llamaba así.
En 1770, el Capitán James Cook estaba tan tranquilo navegando por la Costa Este de Australia cuando de repente notó que su brújula había dejado de funcionar.
Registró entonces un efecto magnético que venía de la isla en la que estaba. ¿Adivináis qué isla era no?
Con el paso de los años se ha estado investigando lo que pudo provocar aquel magnetismo, pero nunca se descubrió nada.
Al leer esta historia, irremediablemente tuve que acordarme de Lost.
Y no sé si es que Perdidos es mi serie favorita del mundo o que Magnetic Island fue demasiado bella para mis ojos.
Pero de alguna manera, esa casualidad, hizo que me interesara más todavía por aquella isla, llamada Maggie o simplemente La Isla por los australianos.
SU PAISAJE
Más de la mitad de Magnetic Island es Parque Nacional, y el resto son casitas de ensueño rodeadas de bahías y mar azul.
En plena Gran Barrera de Coral, este paraíso salvaje de 54 kilómetros rebosa belleza mires donde mires.
Hasta el puerto donde te deja el ferry, es bonito.
SÓLO 20 MINUTOS EN FERRY DESEDE TOWNSVILLE Y SENTIRÁS EN TU PROPIA PIEL, EL MAGNETISMO NATURAL DE ESTA ISLA:
La manera más fácil de llegar a Magnetic Island es desde Townsville.
La empresa del ferry que te deja en la isla se llama Sealink y puedes comprar los tickets online o directamente allí.
Además puedes echar un ojo a los horarios desde su página web, aunque cada hora tienes una oportunidad de navegar hasta Maggie.
La verdad que no tiene ninguna complicación y es de bastante fácil acceso.
¿ANIMALES?
Sus animales autóctonos le dan otro toque de magia a Magnetic.
Existe un paseo llamado los fuertes donde puedes ver Koalas en libertad. Nosotros conseguimos ver dos de ellos gracias a las señales que deja la gente en el suelo.
Aún así, es un paseo precioso lleno de naturaleza y hay miradores desde los que puedes ver alguna de las bahías desde lo alto. En total son 4 kilómetros, y si llegas al final, están los fuertes abandonados de la Segunda Guerra Mundial. (Acompañados de una vista preciosa).
ZONAS
Magnetic Island es una isla pequeña pero se divide en varias zonas.
Nelly Bay, Horseshoe Bay, Arcadia y Picnic Bay.
Si no vas a alquilar un coche, hay autobuses que recorren la isla durante todo el día. El Day Pass cuesta 7$ y puedes cogerlos todas las veces que quieras.
Nelly Bay es donde te deja el Ferry. Hay un supermercado grande, algunos apartamentos y movimiento de gente.
Horseshoe Bay está arriba del todo. Tiene una playa preciosa pero digamos que es donde están todos los restaurantes y donde se mueven los turistas.
Arcadia y Picnic Bay fueron mis sitios favoritos. Más vacíos y más salvajes.
Geoffrey Bay es la bahía de Arcadia y allí viven los wallabies de roca. Cuando cae el sol, salen buscando comida, y son taaaan monos que os recomiendo que paséis a verlos. (Siempre en silencio y hablándoles con cariño, que si no se asustan jajaja)
¡ALIMENTAR A UN WALLABY DE ROCA EN PLENA NATURALEZA!
Este fue uno de mis momentos favoritos del viaje. Entre los colores del atardecer, el mar a la espalda, la luz de la isla y el wallaby comiendo a mi lado…
Cerca de Geoffrey Bay está Alma Bay. Una cala pequeñita de agua azul donde puedes hacer snorkel y donde el paisaje sigue siendo maravilloso.
Picnic Bay es la zona más tranquila, está al sur de la isla y fue donde me alojé yo.
Hay algunos restaurantes pero es la zona más relajada de Magnetic.
Además, aquí puedes subir hasta Hawkings Point. Es cierto que la isla está llena de miradores, pero si te alojas en Picnic Bay te recomiendo este paseo.
Son 15 minutos caminando entre la naturaleza y entonces llegarás a lo alto del mirador donde tendrás unas vistas absolutamente increíbles.
Isla Magnética es pequeña, pero es un sitio lleno de sensaciones.
Todos los que viajen por la Costa Este de Australia, deberían parar a impregnarse de su magia.
Deberían ver el atardecer desde Geoffrey Bay, quedarse enredado de sus colores en Horseshoe Bay, dar de comer a un wallaby de roca y desayunar en Scallywags Cafe antes de volver a coger el ferry y decir adiós.
Yo solo estuve 24 horas, pero me hubiera quedado muchísimo más.
Si has estado allí, me encantaría leer qué te pareció.
Y si no, pregúntame lo que quieras. Al final viajar sirve para compartir y hacer que los demás consigan explorar lo que a ti también te hizo feliz.
Y a mí, Magnetic Island, me hizo muy MUY feliz.
¿TE VIENES?
-AGRI ❤️